lunes, septiembre 19, 2011

Echo de menos

Echo de menos poder ver tu sonrisa,
el poder abrazarte,
y echo de menos el poder besarte...
No he dejado de pensar en ti
en todos estos días.
Estos días que se me han pasado eternos,
donde cada frágil segundo cuenta,
y pesa.
Te he empezado a extrañar
desde aquella primera vez en que nos dejamos de vernos;
desde aquella vez en que crucé
por primera vez tu patio
y en la cual nos despedimos
con un tierno beso en la mejilla.
No sé cómo fue tan rápido
el empezarte a extrañar
y el echarte de menos en ese tiempo.
Recuerdo mi viaje a casa
y ya sentía algo en la garganta,
algo raro... en que necesitaba verte.
Y ahora...
ahora te extraño
y daría lo que fuese porque estuvieses
acá
y conmigo.


lunes, mayo 31, 2010

Feliz Cumple.

Recuerdo aquella vez
en te veía durmiendo en mi cama,
y yo parado en mi puerta.
Y en aquel momento
pensaba que sin ti
el mundo sería muy difícil,
casi imposible,
y lo veía muy lejano.
Y ahora estoy
en la misma posición
desde donde te miraba,
buscándote desesperadamente:
pero ahora no estás,
y el mundo se vuelve,
cada día,
mucho más duro
de lo que yo pensé.

Mis lágrimas me acompañan ahora,
tu voz me retumba
y tu mirada no se va de mi vida.
En esta misma situación,
hace mucho tiempo,
pensaba que nunca te irías,
que te quedarías conmigo,
para siempre.
Pero no te puedo encontrar.
Quizás te has ido,
quizás desapareciste,
quizás te borraste del planeta,
pero aún no puedes escapar de mi corazón.

miércoles, abril 07, 2010

Cuando nos miramos

Por qué cuando nos miramos,
nuestros ojos se encienden y sonríen,
con tal fuerza,
de quemar un océano entero.
Por qué cuando nos miramos,
nuestros corazones saltan,
con un ímpetu que nos hace temblar,
aunque no queramos.
Por qué cuando nos tocamos,
comenzamos a sentir
ese hormigueo,
en nuestros vientres.
Por qué cuando nos hablamos,
nuestros labios tienden a acercarse,
recordando los viejos tiempos,
en donde se acariciaban,
se querían,
se amaban.
Por qué cuando nos miramos,
tu boca sonríe,
de una forma coqueta,
y tus ojos se abren,
quierendo mantener el momento,
por una eternidad.
Por qué cuando nos miramos,
tus ojos me muestran que aún me quieres,
que aún me deseas,
que todavía me amas
y que yo te sigo amando...

domingo, marzo 21, 2010

Se me olvido otra vez - Maná

Probablemente ya
de mí te te has olvidado
y sin embargo yo
te seguiré esperando.

No me he querido ir
para ver si algún día
que tú quieras volver
me encuentres todavía.

Por eso aún estoy
en el lugar de siempre
en la misma ciudad
y con la misma gente.

Para que tú al volver
no encuentres nada extraño
y sea como ayer
y nunca más dejarnos.

Probablemente estoy
pidiendo demasiado
se me olvidaba que
ya habíamos terminado.

Que nunca volverás
que nunca me quisiste
se me olvidó otra vez
que sólo yo te quise.

Por eso aún estoy
en el lugar de siempre
en la misma ciudad
y con la misma gente.

Para que tú al volver
no encuentres nada extraño
y sea como ayer
y nunca más dejarnos.

Probablemente estoy
pidiendo demasiado
se me olvidaba
que habíamos terminado.

Que nunca volverás
que nunca me quisiste
se me olvidó otra vez
que sólo yo te quise.

Se me olvidó otra vez
que sólo yo te quise
se me olvidó otra vez.

Se me olvidó otra vez
que sólo yo te quise
se me olvidó otra vez

Se me olvidó otra vez
que sólo yo te quise
se me olvidó otra vez.

Que nunca volverás
que nunca me quisiste
se me olvidaba
que ya habíamos terminado.

Que nunca volverás
que nunca me quisiste
se me olvidó otra vez
que sólo yo te quise.

domingo, enero 10, 2010

Término

Mis ojos hinchados, mi almohada mojada,
mi corazón destrozado y mi alma partida.
La decepción abunda por estos lares,
aguijoneando, yagando,
y mil veces matando...

Un corazón que no quiere renunciar,
que aún sigue latiendo,
que aún sigue queriendo y amando:
difícil es ya la situación,
en donde tu corazón se adapta al otro,
se acopla,
se complementa.

Y, ¿ahora qué?
ya no vale nada la nada,
ya no valen esos hermosos meses,
esos hermosos recuerdos,
y todo ese esfuerzo por mantener las cosas
por alegrar las cosas
ya no vale nada.

Me encuentro en la absoluta desesperación,
en la absoluta decepción,
y en la más triste soledad:
soledad que invade de a poco esta habitación,
de a poco este corazón.

No sé si pueda sobrevivir este tiempo sin ti,
sin tu voz,
sin tu olor,
sin tu sonrisa,
sin tu alegría:
y eso que es el primer día,
mi primer día sin ti...

miércoles, diciembre 16, 2009

Las cartas

De pronto me vi en el aeropuerto; sentía frío y escuchaba muchos murmullos y voces y una gran voz que avisaba por un parlante. Estaba como si hubiese recién despertado: me sentía confundido, miraba a todos lados; era como si hubiese estado en un lindo sueño (donde todo era muy real y lógico) pero luego hubiese despertado súbitamente, cayendo en mundo oscuro, lleno de gente, de desorden y caos.
Por instinto caminé hacia el paradero. Lo hice lenta y tristemente. Mientras sucedía eso, la gente pasaba rauda y despreocupada. Muchos de ellos hablando por celulares, se dirigían hacia algún extraño punto. Yo no entendía nada y el frío se hacia sentir aún peor.
Llegué hacia el bus y me recosté en el tibio asiento: "Las cartas, las cartas", sonó esa frase en mi cabeza. Como niño en navidad, abrí rápidamente mi mochila donde había guardado el sobre. Logré encontrarlo y posteriormente lo leí. Contenía dos cartas, las cuales las leí detenidamente. Confieso que cuando empecé a leer la tercera y cuarta línea, mis ojos comenzaron a humederse, de tal forma que se escurrieron dos pequeñas gotas por mis mejillas pero, sin saber por qué.
Luego de leer las cartas seguí absorto y tratando disimular mis ojos húmedecidos frente a los pasajeros del bus. De repente, sonó mi celular: en el mismo instante que comencé a escuchar una dulce voz, comprendí que en realidad no había estado soñando. Siempre estuve despierto, viviendo en un mundo tan perfecto como cualquier filosófoso o escritor lo hubiera imaginado. Había comprendido todo. Aquel mundo lo estaba viviendo también ahora, pero ya sin ella. Entonces, ¿qué me hacía sentir nuevamente en un sueño?. Ella se había ido, e incluso se había llevado un pedazo de mí, y ella: ella se había quedado en mi corazón.

jueves, diciembre 06, 2007

Desolación: Profundamente, Perdidamente.

Perdí al amor de mi vida,
perdí su latir,
perdí sus manos, su boca,
perdí a la chica de la cual me enamoré,
profundamente,
perdidamente.

Recordar esos viejos momentos,
cuando nos conocimos,
en aquel loco verano,
cuando besé tu tierna boca...
cuando conocí a la mujer que cambiaría mi vida,
la que me dio esperanza,
y me enamoré de ella,
profundamente,
perdidamente.

Ha pasado un año desde que todo empezó.
Un año en que no pude dormir,
por tus constantes apariciones en mi mente.
Y ahora, me encuentro mal,
fustrado, rodeado de estupefacientes,
y todo lo necesario para sacarla de mi corazón,
para sacar de mi mente
a la chica de la cual me enamoré,
profundamente,
perdidamente.

Espero que esta noche sueñes conmigo.
Esperos que hoy puedas entender que te amo.
Espero que esa llama,
que estuvo encendida alguna vez
en tu corazón,
esté aún despierta.
Espero que por mis lágrimas,
entiendas,
que eres la mujer de mi vida,
de la cual me enamoré,
profunda y
perdidamente.